Si hay un plato que es la estrella de cualquier mesa en Nochevieja ese es el cordero lechal. Para quien no lo sepa este cordero también llamado lechazo tiene una carne extremadamente tierna y jugosa ya que sólo se alimenta de leche materna.
Una de las formas comunes de cocinarlo es asándolo al horno. Su facilidad a la hora de preparlo lo convierte en el candidato ideal para una noche con un montón de invitados a la mesa. Existen varias recetas para degustarlo, una de ellas es el típico asado con agua y sal, pero su variedad en adobo le transmite un sabor iniguable y con mucho cáracter.
Si nos remontamos a las tradiciones, asar es el método más antiguo para cocinar carnes. Consiste en que la carne reciba el calor de manera gradual. Lo más común es que se sitúe en una estructura conocida como parrilla que queda suspendida encima de las llamas recibiendo así el calor. Sin embargo, en nuestras casas con lo que contamos es con un horno, de estructura cerrada que a pesar de tener la función de hornear, se conoce también como asado.
El valor fundamental de este plato es la combinación de hierbas aromáticas, que transmiten delicados aromas al cordero, pero siempre en su justa medida. Ya que, si nos pasamos podemos obtener el efecto contrario.
La variedad de hierbas escogidas y su cantidad van a gusto del cocinero, ya que es una cuestión personal. Cabe destacar que el tomillo, el romero y el perejil hacen un buen maridaje. Si las hierbas aromáticas las ponemos enteras, es recomendable retiralas antes de servir el plato.
Otro elemento que no puede faltar es el ajo, la cantidad dependerá de las apetencias de los comensales y de nuestro criterio.
¿Que ingredientes necesitaremos?
- Un lechazo
- Patatas en rodajas de unos 2 cm de grosor
- Aceite de oliva virgen extra
- 6 dientes de ajo
- Tomillo y romero
- Sal y pimienta negra
- Medio vaso de coñac
Desde Grupo picos de Europa te animamos a preparar este adobo, mezclando en un mortero los ajos, el romero, el tomillo, la sal y la pimienta, junto con el aceite de oliva y el coñac. Una vez macerada la mezcla, impregnamos el cordero, y añadimos las patatas.
A continuación, lo introducimos en el horno, primero a 200 grados durante quince minutos, para después bajarlo a 180 grados una hora aproximadamente. Y ya solo nos queda, reposar y disfrutar de este magnífico plato en familia.
Si quieres disfrutar de platos tradicionales como el que os acabamos de mostrar, no dudeis en visitar nuestros restaurantes Santander. ¡Os esperamos!